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miércoles, 1 de noviembre de 2017

Tottenham Hotspur 3 – 1 Real Madrid: ‘La primera vez siempre duele’

El descalabro en Montilivi por La Liga trastocó la autoestima del Real Madrid. El orgullo blanco se volvió blando ante los focos del mundo. Así pues, un partido de Champions, visitando por primera vez el Wembley Stadium, parecía, por su significancia para los de Zinédine Zidane, el escenario perfecto para una redención. Pero no lo fue. Porque el fútbol, así como te da, no solo te quita, sino también te enseña; y ahí estuvo el Tottenham de Mauricio Pochettino para, en 90’, dar una clase magistral de cómo adormecer y controlar al vigente bicampeón de Europa.  

Foto: Tottenham Hotspur

Escribe: Roy Galdos

El tambaleante inicio en La Liga Santander le exigía al Real Madrid un respiro. Un momento para volver a sentirse dueño de Europa, tal como sus dos estrellas consecutivas lo firman. En esa necesidad, más para recuperar sensaciones a través del resultado que por el resultado en sí, visitar por primera vez Wembley le caía como anillo al dedo a los blancos. Sin embargo, no contaron con la rebeldía del dueño de casa - momentáneamente mientras termina la remodelación de White Hart Line -. Tottenham, consciente de sus capacidades, no escatimó en tomarse el partido con la seriedad que supone tener enfrente a un equipo como el de Zidane.

Ya lo había dicho Pochettino previo al coque del partido de ida, en el Bernabéu: “Contra el Real Madrid hay que ser valientes”. Pues, no hay duda de que el estratega argentino refleja su pensar en el terreno de juego.

Pese a un inicio titubeante, Tottenham no solo se asentó al partido a través de la confianza que supone tener una idea de juego cuajada en el ADN, sino que, poco a poco, fue moldeando el ritmo del partido a su antojo. Adónde mejor le conviene y se desenvuelve. El Real Madrid, aunque quiso hacer pesar sus galones en el terreno de juego - con un remates de Isco y Sergio Ramos -, no encontró argumentos para sobreponerse a la anestésica estrategia de los ‘Spurs’.

Ellos, se vieron más cómodos con Harry Kane de regreso – su ausencia en la liga doméstica fue evidente ante el Manchester United -. Resumir a Kane como “el delantero de moda”, es, por lo escueto de la expresión, un insulto a lo que su presencia significa. Y la primera ocasión que tuvo lo dejó en claro: luchó y friccionó hasta el final para ganarle la posición a Sergio Ramos. Su definición evidenció su calidad, pero no tuvo buen final. Primer aviso.

La verdadera esencia de lo que fue el primer tiempo se vio en el mediocampo. O al menos la que determinó el ritmo del juego. Harry Winks y Eric Dier - luego Moussa Sissoko, tras el cambio de posición de Dier -, se multiplicaron para hacer totalmente imperceptibles la presencia de Luka Modrić y Toni Kroos. Croata y alemán, apoyados en su buen toque, intentaron sobreponerse en esa zona copada de futbolistas ‘spurs’. Sin embargo, la sincronía de cada movimiento inglés, además de los efectivos relevos de los 5 del fondo - con Davinson Sánchez y Jan Vertonghen enormes -, hicieron inútiles y predecibles cualquier reacción madridista. Ni el ímpetu de Isco fue capaz de romper ese cerco.

El gol, es un tema aparte pero que no se desconecta con lo que ocurría en el centro del campo. Harry Winks, sin ninguna oposición pese a tener cerca a Kroos, abrió el campo por la derecha con Kieran Trippier. Y no era la primera vez que el ex Burnley jugaba por ese sector a vista y paciencia de un lento Marcelo; esta vez un centro suyo sí encontró destino. Dele Alli, que se incrustó entre tres jugadores del Madrid, punteó el balón y puso su firma.

Wembley se vino abajo. Pero no la visita. El gol de Alli sirvió de bofetada para el Real Madrid. Isco, quién nunca había descansado en sus arremetidas de talento, lideró y activó a Cristiano Ronaldo y Karin Benzema en lo que restaba del primer tiempo. Ocasiones hubieron, pero no fortuna. Ese último recurso que a veces, cuando no hay luz en el camino, hay que encomendarse, pero que para los españoles era el único.

Quedaba todo el segundo tiempo y la distancia en el marcador era corta; aparentemente. Zinédine Zidane quiso replantear el sistema, pero las cosas empeoraron. Si Christian Eriksen, Dele Alli y Harry Kane habían encontrado en Sergio Ramos y Nacho el punto perfecto para dañar al Madrid, la presencia de Casemiro, ahora en una línea de 3, fue suficiente para que esa barrera sea aún más endeble.

Zidane encontró en su replanteo mayor oficio ofensivo con Marcelo y Achraf más liberados por los lados, pero fue un arma de doble filo. Casi un suicidio. Le entregó a Dele Alli, el que más talento desbordaba en Tottenham, la posibilidad de flotar libremente delante de sus tres defensores. La consecuencia: el segundo gol del Tottenham y doblete del joven internacional inglés.

El orgullo del Real Madrid le costó caro. Le costó el partido. Esa ambición de querer equiparar el partido se convirtió en el arma perfecta para un Tottenham muy moldeable dependiendo del andar del partido. Pochettino leyó que el partido podría liquidarse de contragolpe, y así lo ejecutó su equipo.

No apareció marcando, pero sí asistiendo. Harry Kane es 9, pero en su camiseta el 10 le asienta perfectamente. Es un delantero capaz de hacer goleadores a sus compañeros. Sus movimientos sin balón siempre están orientados para favorecer la llegada de un segundo o hasta de un tercer jugador del Tottenham. Hoy fue Christian Eriksen. El danés recibió entre los impotentes Modrić y Ramos para sellar la goleada. La impotencia de Kiko Casilla desnudaba el presente del Real Madrid. Y si Wembley se cayó en los dos primeros goles, esta vez se vino abajo por completo. Júbilo total. Noche europea en ‘La Casa del Fútbol’. Era un hermoso 3 - 0.

Restaban 20 minutos, pero el tic-tac del reloj era lo de menos. Las decisiones de Zidane, sobre la marcha, no surtieron efecto en un partido donde el poderío blanco fue el británico. Encima Isco, el mejor quizá en este deslucido campeón, tuvo que irse al banquillo. Nadie lo entendió.

El gol de Cristiano Ronaldo a los 80’ fue un último empujón, pero a la vez fue el último manotazo de ahogado que se vio del Real Madrid en Wembley. Como despidiéndose de la clase, del salón y de los más 90 mil espectadores. 

Alineaciones:

Tottenham Hotspur (3-5-1-1): Hugo Lloris; Toby Alderweireld (Moussa Sissoko 24’), Davinson Sánchez, Jan Vertonghen; Kieran Trippier, Eric Dier, Harry Winks (Mousa Dembélé 65’), Ben Davies; Christian Eriksen, Dele Alli; y Harry Kane (Fernando Llorente 79’).

DT: Mauricio Pochettino

Real Madrid (4-rombo-2): Kiko Casilla; Achraf, Nacho, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Toni Kroos, Luka Modrić (Theo Hernández 81’), Isco Alarcón (Mayoral 75’); Karin Benzema (Marco Asensio 75’) y Cristiano Ronaldo.

DT: Zinédine Zidane

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